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Saturday, October 31, 2015

Ikastolen historiari buruzko zertzelada batzuk

2015-10-30
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La ikastola: evolución en la preguerra de una institución singular

El final del siglo XIX y las primeras décadas del XX fueron testigo del nacimiento de las ikastolas, un proyecto para enseñar en euskera con un modelo pedagógico propio
Un reportaje de Gregorio Arrien. Fotos de Sabino Arana Fundazioa - Sábado, 31 de Octubre de 2015 -


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A crisis de la sociedad española de finales del siglo XIX y comienzos del XX generó un gran descontento y críticas al sistema político, que pusieron a prueba el funcionamiento de las instituciones. Frente al fracaso y desprestigio de los organismos oficiales y lo descaminada que andaba la enseñanza oficial, se hicieron constantes llamadas a la regeneración y a un profundo cambio de la vida nacional, proponiendo para ello numerosos remedios de tipo social, económico y cultural.
Por los hechos apuntados, la crisis finisecular repercutió en el resurgimiento de los nacionalismos periféricos, con el consiguiente auge de un movimiento cultural para la recuperación de su cultura. Por lo que respecta al País Vasco, entre las diferentes propuestas e iniciativas orientadas al logro de estos objetivos, estaba la que ponía un énfasis especial en el cultivo y promoción del euskera y la escuela vasca o ikastola.
Sabino Arana, el autor de una serie de neologismos que llegaron a cuajar con el tiempo, fue también el que acuñó el término Ikastola, para designar a un tipo de escuela en que la enseñanza se da en euskera. Este término aparece recogido en su silabario euskérico “Umiaren lenengo aizkidea. Bizkaiko euzkeraz irakur-tzen ikasteko” (1897). Al decir de Artez en 1931, la obra en cuestión tuvo un cierto éxito en los centros docentes. Aunque Arana estaba dedicado mayormente a cuestiones de otra índole, encontró tiempo y ocasiones para ocuparse de temas de carácter educativo, principalmente cuando las realidades de país y los estímulos externos del momento requerían un análisis o una respuesta de su parte. En este sentido, aprovechando que los conceptos de regeneración y regeneracionismo estaban de moda en su época, en repetidas ocasiones se refirió a estos para dejar en claro que su principal preocupación, a este respecto, era la reconstitución del pueblo vasco, también a través de la escuela; según nuestro protagonista, el camino para la regeneración del pueblo está en que “fundemos sociedades puramente vascongadas, escribamos periódicos vascongados, creemos teatros vascongados, escuelas vascongadas…”.
En estos inicios del movimiento de ikastolas, es justo destacar, igualmente, la actuación de autores como Resurrección Mª de Azkue y Kepa Andoni Ormaetxea, entre otros. Aparte de su contribución a la literatura infantil, Azkue creó en 1896 la escuela vasca o ikastetxea de la calle Jardines de Bilbao, un centro donde los niños aprendían el euskera más que en euskera. Ormaetxea, por su parte, es el autor de Agakia. Euskeraz irakurten ikastekoa (1896), un silabario relativamente breve y sencillo, firmado por Bizkaiko elexgizon batek iratzija.
Tras la muerte de Sabino Arana, se intensificaron las propuestas y referencias escritas sobre la necesidad de fundar escuelas vascas, bajo la responsabilidad de particulares e instituciones vascas; pese a que la falta de recursos estaba frenando su constitución, por el momento, tras la instauración de un largo debate en los periódicos, especialmente en los de orientación nacionalista (JEL, Aberri y demás), finalmente se creó en 1908 la Escuela vasca de párvulos en la Plaza Nueva de Bilbao, seguida después de la establecida en la calle Colón de Larreategui. En los anuncios de la prensa se presentaban como unas verdaderas Euzko-Ikastoleak, al efectuar las matrículas en los comienzos de curso. Entre las dos, llegaron a contar en 1918 con unos 162 alumnos ( 65 niños y 97 niñas), distribuidos en tres grados.
En 1914, Miguel Muñoa estableció una ikastola en Donostia, que tuvo más continuidad que las anteriores.
Hacia 1936, más de seis mil alumnos estudiaban en las 125 ‘Auzo-Ikastolak’ repartidas por toda la geografía de Bizkaia
Autonomía docente A partir de la segunda década del XX, se produjo la llegada de una generación de gente nueva, conformada por hombres de la calidad intelectual y preparación de Eduardo de Landeta, Luis de Eleizalde, Federico Belaustegigoitia y otros. Algunos de ellos ya venían trabajando desde antes en el campo de la Pedagogía y conocían bien las dificultades que existían para la renovación del sistema educativo vigente, plagado de irregularidades administrativas e incapaz de poner remedio al abandono de amplias zonas rurales de carácter euskaldun; pero, pese a ello, siguieron denunciando los hechos y buscando el apoyo de las instituciones locales para reclamar la esperada autonomía docente y poder realizar aquí lo que ya se venía haciendo en los países más cultos de Europa. Su pensamiento pedagógico, expuesto en numerosos escritos, conferencias y publicaciones periodísticas, se encuentra recogido en lo sustancial en los Congresos de Eusko Ikaskun-tza y las instituciones educativo-culturales de Bizkaia. Cansado seguramente de tanto esperar sin apenas resultados positivos, en el Congreso de Oñati ( 1918), Eleizalde animó a los vascos a actuar por su cuenta y organizar “nuestra tupida red de escuelas euzkéricas”, sin esperar la intervención del Estado. Landeta, a su vez, se dedicó a elaborar el proyecto de una escuela vasca modelo, con todas las partes que debía contener: fines, función de la lengua, plan general de enseñanzas, métodos, programas, construcción del edificio escolar, presupuesto…
Fueron estos mismos hombres los que, más tarde, se encargarían de poner en marcha la obra de las Escuelas de barriada de Bizkaia, incluidas su organización y orientación educativa.
Escuelas y auzo-Ikastolak Paralelamente a los pasos anteriores, con la instauración de la mayoría nacionalista en la Diputación vizcaina se facilitaron las cosas, en alguna medida, en el camino hacia la reforma de la enseñanza primaria, que se encontraba en un estado deplorable especialmente en las zonas rurales.
Las llamadas Escuelas euskéricas, creadas y organizadas por la Diputación, y en su nombre por la Junta de Instrucción Pública, estaban destinadas a promover la renovación pedagógica, a través del establecimiento de un programa mínimo de euskerización de la enseñanza. De acuerdo con las bases establecidas, entre 1918 y 1923 se concedieron subvenciones a los centros docentes que se comprometieron a enseñar la lengua vasca, su lectura, escritura y cantos, impartiendo el resto del programa en castellano. Apenas se tuvo noticia de la iniciativa tomada por la Diputación, fueron numerosos los pueblos y escuelas que solicitaron y obtuvieron las ayudas económicas en cuestión. Según Landeta, en los dos primeros años de vida de la institución fueron unas 40 las escuelas que se interesaron por el tema, cumpliendo después, con gran regularidad, las condiciones exigidas. Las Escuelas de barriada, por su parte, constituidas a raíz de la Moción Gallano de 1919, eran conocidas también como Auzo-Ikastolak, sobre todo en los primeros años de vida. Era una institución realmente amplia y compleja, ya que llegaron a crearse más de 125 establecimientos docentes, repartidos por toda la geografía de Bizkaia; hacia 1936, estudiaban en ellos más de 6.000 alumnos, a razón de unos 48 escolares por aula. Su objetivo principal era erradicar el analfabetismo de las zonas rurales, supliendo en este punto la ausencia del Estado.
Aparte de las magníficas construcciones escolares y el envidiable apoyo popular para su realización, hay otro hecho de especial relevancia que realza aún más la personalidad de estas escuelas: es la introducción de la enseñanza en euskera, un caso excepcional y admirable que, sin embargo, no ha merecido la debida atención entre nosotros. Se instauró un real y efectivo bilingüismo educativo, con los textos euskéricos incluidos. Seguramente, es la primera experiencia de este tipo en el país, en una amplia red de centros a la vez. Tras los nacionalistas pasaron por el gobierno de la Diputación formaciones políticas de diferente signo, y relativamente pronto surgieron las consabidas limitaciones y dificultades para el mantenimiento de la orientación pedagógica de los inicios; pero, pese a estos cambios, siguió utilizándose la lengua vasca, por lo menos como vehículo o medio de enseñanza.
En resumen, fue una de las obras más grandes de la Diputación de Bizkaia en su momento, que tuvo un indudable éxito educativo, cultural, social y humano, especialmente para los barrios y pueblos en los que se establecieron dichas escuelas.
Euzko-Ikastola-Batza En esta breve relación de ikastolas, creadas en diferentes momentos y a cargo de entidades tanto privadas como públicas, es justo mencionar la importante obra de Euzko-Ikastola-Batza (Federación de Escuelas Vascas), en los años de la II República. Constituida en 1932, la Federación tuvo una rápida expansión, extendiéndose en el término de unos pocos años a casi todos los grandes núcleos urbanos de Bizkaia. Se abrieron las escuelas no solo en Bilbao ( en Errotatxueta y Belostikale), sino también en poblaciones como Durango, Amorebieta, Algorta, Barakaldo, Elorrio, Galdakao, Gernika, Ondarreta, Portugalete, San Salvador del Valle y Sondika; en Bergara funcionó una escuela agregada. En el curso 1935-36, el número de alumnos que estudiaban en estos centros ascendió a unos 1.200 en total, la mayoría de ellos de origen euskaldun. Por desgracia, con la interrupción del proyecto a raíz de la Guerra Civil, una gran parte de las andereños y niños tuvieron que huir al exilio en 1937.
Como se ha escrito en alguna ocasión, las experiencias educativas desarrolladas en la II República tuvieron una relevancia especial. Se llevaron a cabo bajo la orientación de personas entendidas en la materia, que fueron expresamente consultadas por la Federación con el objeto de lograr un modelo de ikastola moderno y adaptado a los tiempos, especialmente en aspectos como la organización escolar, la aplicación del bilingüismo, el uso del material y libros de texto, el método para párvulos, la formación del profesorado y la globalización de las materias; por eso, tan importante como tener en cuenta el número de centros creados y alumnos escolarizados, es valorar, en este caso, el esfuerzo realizado por los organizadores y los grupos implicados en la educación en la conformación de un amplio plan de renovación pedagógica, íntegramente vasco, cuya influencia se notaría después en el movimiento cultural y educativo de la posguerra.

Friday, October 30, 2015

"Exilio vasco y guerra: realidad y literatura" a cargo de Josu Legarreta y Alberto Irigoyen

 

 
Josu Legarreta, encargado de relaciones internacionales durante muchos años en el Gobierno Vasco, Alberto Irigoyen, historiador Uruguayo y autor de El roble de Isla Mala/ El requeté que gritó Gora Euskadi, su mujer Adriana, Joseba I. Arregi, historiador y profesor de la UPV-EHU, junto conmigo al final de una conferencia en las Aulas de la Experiencia de Vitoria-Gasteiz, en la Escuela Universitaria del Profesorado. Ambos ponentes hicieron sus intervenciones muy amenas y el público tuvo ocasión de preguntar por aspectos de la novela de Alberto como por asuntos relacionados con la diáspora vasca. //Josu Legarreta, Lehendakaritzako langile ohia, Alberto Irigoyen, historialari uruguaiarra, bere emaztea, ta Joseba I. Arregi historialariarekin, Gasteizko Esperientzia geletan hitzaldia bat izan ostean

Saturday, October 10, 2015

Klase istilotsu bat kudeatzeko 7 aholku

Hona hemen zenbait aholku justificaturespuesta.com web-gunetik hartua. Probetxugarria egingo zaizuelakoan.

 
Clase conflictiva. El artículo de hoy es uno de esos artículos que nacen de lo que yo llamo la biografía de la experiencia. Pero, ¿qué es la biografía de la experiencia? En mi caso son más de 15 cursos académicos y más de siete mil horas de docencia directa en las aulas con alumnos. Más de siete mill horas en las que he tenido la suerte de ir adquiriendo sencillos pero efectivos recursos que luego he utilizado en grupos muy disruptivos, poco cohesionados o con una conflictividad conductual manifiesta.
¿Quieres saber qué recursos son los que me funcionan en una clase conflictiva? ¿Quieres conocer qué estrategias me han ayudado a gestionar con éxito la conflictividad de determinados grupos? Si tú también eres de los que has tenido o tienes alguna clase conflictiva, espero que esta entrada te sirva de ayuda.

Clase conflictiva
Imagen extraída de Shuttersock
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Acerca de la expresión ‘clase conflictiva‘.

Antes de continuar con el artículo, me gustaría matizar la expresión ‘clase conflictiva’. He tenido muchas dudas a la hora de elegir esta expresión por lo negativo que implica el término conflicto. Y digo esto porque en otro artículo me referí al conflicto escolar como una oportunidad. Si estás interesado en dicho artículo te remito al siguiente enlace.
Si consigues partir del hecho de que la conflictividad en el aula puede verse no como un problema, sino como una oportunidad, es cuando la perspectiva que tiene de esa clase conflictiva cambia radicalmente o, mejor, dicho, cambia tu forma de gestionar la clase. Soy consciente de que hay grupos que son un auténtico reto, independientemente de la experiencia que uno haya adquirido en el aula. También sé que cada docente va adquiriendo ciertas estrategias para este tipo de grupos.
Sé que las estrategias que voy a proponerte no son infalibles. ¡Ya me gustaría a mí que lo fueran! Pero creo que pueden ser un punto de partida para algunos docentes que en este preciso instante se está enfrentando a una clase conflictiva.
Pues bien, aquí van algunas de mis estrategias que espero te sirvan o, cuanto menos, te inspiren.

7 Estrategias para lidiar con una clase conflictiva.

1. Puntualidad. ¿Por qué suelo llegar siempre unos minutos más tarde a una clase conflictiva? Esta pregunta me la hice hace cierto tiempo y me ayudó a reflexionar sobre el hecho de que en grupos conflictivos muchos docentes apuran al máximo para entrar. En mi caso me di cuenta de que cuanto más tardaba en entrar en una clase conflictiva, más disruptivo encontraba al grupo. Por tanto,
¿qué te aporta ser puntual?
En su momento hablé de los beneficios de ser puntual en el artículo titulado ¿Qué te aporta como docente ser puntual? Consejos prácticos. Te recomiendo que le eches un vistazo a este artículo porque algunas de estas pautas en un grupo conflictivo son realmente útiles. Ente otras cosas la puntualidad te beneficia porque:
  • Ganas en autoconfianza y en seguridad.
  • Preparas con más tiempo todo el material que necesitarás para llevar a cabo la sesión lectiva.
  • Puedes dirigirte a determinados alumnos mientras el grupo se dispone a iniciar la sesión lectiva para interesarte por ellos.
  • Puedes atender algunas peticiones que te hagan algunos alumnos antes de empezar tu sesión lectiva.
La impuntualidad es el mejor amigo de la disrupción en el aula y debes combatirla. Debes ser consciente de que al inicio y al final de una sesión lectiva es cuando se producen la mayoría de conflictos en un aula.
2. Sobreplanificación. ¿Qué significa para mí sobreplanificar? En una clase conflictiv no hay que dejar nada al azar, es decir, hay que programar y preparar la clase al detalle. Esto significa que debes planificar con tiempo y estructurar tu sesión lectiva en distintas secciones.
Es bueno que planifiques el tiempo de cada sesión lectiva en fragmentos de tiempo que oscilen entre los 15-20 minutos. En grupos disruptivos suele ser muy eficaz cambiar varias veces de dinámica en una misma sesión lectiva.
Otro aspecto muy importante es tener lo que yo llamo un plan B, es decir, sobreporgramar la propia clase con contenidos extra para evitar que te queden tiempos muertos durante la sesión lectiva. En mi caso siempre llevo algún vídeo que no suele exceder los cinco minutos y que me sirve, sobre todo, para los últimos minutos de clase. Si quieres saber qué pasos sigo para poner un vídeo en clase, no te pierdas la lectura del artículo 10 Consejos a tener en cuenta al poner un vídeo en clase.
3. Narración. En grupos donde está presente una alta conflcitividad, sobre todo localizada en alumnos con un trastorno severo de conducta, suele ser poco efectivo lo que yo entiendo por explicar, es decir, un tipo de enseñanza unidireccional, pasiva y poco motivadora en la mayoría de los casos.
En su lugar, lo que funciona realmente bien es cambiar la explicación por la narración. Hay que intercalar a lo largo de la sesión lectiva momentos narrativos, es decir, hay que enseñar no explicando, sino narrando. No hay mejor forma de bajar la disruptividad de una clase conflictiva que contando historias y anécdotas que estén relacionadas con el currículum de tu asignatura. Si quieres conocer qué fórmula utilizo para contar anécdotas a mis alumnos no te pierdas la lectura de este enlace.
4. Material de trabajo. Uno de los mayores problemas de una clase conflictiva es la poca capacidad de atención y concentración del grupo. Esto puede suponer un problema a la hora de que tus alumnos saquen el material necesario para trabajar durante la sesión lectiva.
Para ello lo que hago es convertirme en un alumno más y sacar el mismo material que deberían sacar mis alumnos. A continuación, lo que hago es enseñarlo de forma visible paseando por los pasillos del aula. De esta manera consigo que la información se dé por duplicado. Incluso, si eres puntual, funciona muy bien escribir el material necesario en la pizarra, así la información se da por triplicado: de viva voz, enseñándola a tus alumnos cuando sostienes el material con tus manos y por escrito con la ayuda de la pizarra.
5. Visibilidad. Otro gran inconveniente que suele darse en una clase conflictiva tiene que ver con poca visibilidad que el docente tiene en el aula. Porque el docente no sólo tiene voz, también tiene un cuerpo que acompaña a esa voz. Y ese cuerpo es algo que debe aprovechar para captar la atención y disminuir en la medida de lo posible la disruptividad del grupo. Pero,
¿cómo se capta la atención de los alumnos y se consigue bajar la disruptividad?
La respuesta la tienes en este enlace, pero básicamente lo que debes hacer es lo siguiente:
  • Hablar y hacerlo en movimiento con lentas rotaciones. Los alumnos que te siguen con la mirada suelen dejar de hablar con mayor frecuencia.
  • Aproximarte a los alumnos más disruptivos y hablar justo a su lado pero no a ellos, sino al grupo y nunca dirigiéndoles, la mirada.
  • Sentarse en el borde de la mesa de un alumno disruptivo sin dejar de hablar a la clase y sin dirigirle la mirada.
Estas tres estrategias que acabo de enseñarte suelen ser muy efectivas cuando te interesa bajar la disruptividad del grupo clase o de determinados alumnos.
6. Copia dirigida. El término copia dirigida es un recurso que utilizo con cierta frecuencia en el aula y debo confesar que me ha dado excelentes resultados. Cuando me refiero al término copia no lo hago como un término negativo, ni como un castigo, sino como una técnica de estudio más.
Se copia para aprender, para aumentar la concentración y la atención y para disminuir la disruptividad en ciertos momentos. Para ello me sirvo de la pizarra digital. En dicha pizarra proyectos que denomino los esquemas de cajas, unos esquemas que he creado sobre las unidades didácticas de mis asignaturas. Estos esquemas están vacíos y los alumnos disponen en papel de una copia de este esquema proyectado en la PDI. Esto hace que en lugar de dictar apuntes, vaya completando en la pizarra los contenidos más significativos del tema al mismo tiempo que los alumnos.
Esto supone una gran ventaja, porque el alumno ya no depende de lo que yo dicte de viva voz, sino del contenido proyectado en la pizarra digital. Esto permite que todo el grupo clase pueda seguir su propio ritmo, incluso los alumnos con necesidades educativas especiales, y a mí me deja tiempo para ir pasando por las mesas de los alumnos con más dificultades o más disruptivos para echarles una mano.
7. Microtutorías. Las microtutorías son fundamentales para mí en una clase conflictiva. Pero,
¿qué es una microtutoría?
Una microtutoría consiste en dirigirte a un alumno durante un momento de la sesión lectiva. Es una atención personalizada y de una duración inferior a un minuto. La microtutoría no debe servir para reprimir o castigar a un alumno. Todo lo contrario. Las microtutorías sirven para ganarse a los alumnos, es decir, interesarse por ellos, por su persona. En una microtutoria puedes:
  • Acercarte al alumno y sonreírle.
  • Decirle algo agradable, hacerle una broma.
  • Interesarte por algo que no tenga que ver con el centro escolar.
  • Darle las gracias por su comportamiento durante la sesión lectiva. Sobre cómo dar las gracias a un alumnos aquí te dejo este interesante enlace.
Estas microtutorías lo único que pretenden es pasar tiempo con los alumnos. A mí me gusta insistir en una expresión que para mí es fundamental. Es la siguiente:
la educación es tiempo
Hay que estar a su lado, acompañarles y hacerles ver que te importan. Y eso, en muchas ocasiones, cuesta menos de un minuto de tu tiempo.

Sobrevivir a una clase conflictiva. A modo de conclusión.

Hacer del conflicto una oportunidad no es fácil y más cuando te encuentras con grupos en los que en ocasiones te planteas si en lugar de enseñar, lo que haces es mantener el orden o guardar alumnos entre cuatro paredes. A todos vosotros que os enfrentáis cada día con grupos altamente disruptivos, con grupos con una alta conflictividad espero que algunas de las pautas que os he dado en este artículo sirvan para conseguir un ambiente de trabajo y de respeto donde se pueda enseñar en condiciones.
Por último, me gustaría que compartierais en los comentarios de este artículo qué estrategias os funcionan con grupos altamente disruptivos. Estoy seguro que vuestras aportaciones ayudarán a otros muchos compañeros. Gracias por adelantado.
Para saber más más sobre conflictividad en el aula os recomiendo la lectura de un libro imprescindible: Cómo dar clase a los que no quieren, de Joan Vaello