Lo anunciado por muchos tiempo ha, ya está aquí: las vacunas contra el "bitxo".
Algunos, por la narrativa oficial, ya venían "vacunándonos" contra las críticas de los antivacunas de algunos, pues venían de los "conspiracionistas". Hablaban de un tal Bill Gates y su esposa Melinda y un tal Soros que estaban en el "ajo" de a río revuelto ganancia de millonarios... o de pe(s)cadores. Pero no tienen espacio en los "mainstream" media, están censurados.
Sí, la narrativa nos dice que Bill Puertas predijo una pandemia y predijo una vacuna (¡qué casualidad, la suya!) que nos salvaría. Si haces una búsqueda en Google esa será la ÚNICA narrativa que encontrarás. Noticias críticas HAN DESAPARECIDO. Lo mismo en youtube... salvo algo no muy agresivo que se les ha colado.
Lo curioso es que, aunque hay mucha gente y muchos médicos que están en contra a vacunarse, todas estas restricciones, confinamientos, toques de queda y cierres de hostelerías ha llevado a mucha gente a pensar que si la condición para vivir normal, con libertad y sin cadenas (o mascarillas) atornilladas en tu cuerpo, si la condición, digo, es ponerse la vacuna que te dice el gobierno de turno, sí, hay gente que no dudará un segundo a ponérsela, a ponerse una docena de vacunas si se lo piden: la presión en el tiempo, en la intensidad, en el miedo ha hecho mella en muchos y están dispuestos a poner el cuello donde haga falta y se lo corten para salir de esa esclavitud. Es el triunfo del sistema, de la narrativa: tienes que amar las cadenas que te aprietan: "son por tu bien, por el bien de los demás, no seas egoísta."
Eso sí, para asegurar el "resultado", los medios (mainstream media) siguen buscando y dando protagonismo a aliados en el mundo de las ciencias para, decir, por ejemplo, que la hostelería tiene que seguir cerrada. Los médicos o científicos que son críticos con las políticas contra la sociedad, son silenciados. Los que trabajan en ella, en el mejor de los casos se les dirá que tendrán que pasar por el aro de la vacunación. Por desesperación (no por convicción) dirán que sí, que aupa con la vacuna y el vacuno, con la vaca, el toro, con la cabra y el cabrón.
Y es que las multinacionales que han financiado las vacunas se desentienden de los efectos adversos que supuestamente pueda haber. Hay que ver qué tal van (fase 4 de experimentación) con todos los que ya se están vacunando. Es la primera vez en la historia en que se dice que hay que ponerse la vacuna al tuntún, sin prescripción médica. Los médicos y los colegios de médicos no quieren tomar esa responsabilidad, porque pasarían a ser responsables de posibles efectos adversos, que no dejan de "colarse" en las noticias. Hoy en día quien prescribe las vacunas son los políticos, y los medios de comunicación, puenteando el principio de voluntariedad para vacunarse que existen en el estado español. Claro, serán ellos los que gestionarán luego los fondos europeos-covid que llegarán (también a las autonomías) porque han sido "buenos chicos" (los vascos, muy formales somos y pedimos nuestro premio) y han obedecido a lo que venían de "instancias superiores". Políticos obedientes a instancias superiores atando en corto y poniendo el bozal a diestro y siniestro, sí señor, "como está mandado".
A todo esto, ya ha empezado la picaresca de la distribución de las vacunas, con sus primeras y segundas fases. Cuando autoridades sanitarias locales se oponen a la vacunación masiva y sin prescripción, son destituidas y criticadas por... los políticos y los medios de comunicación. Los PCR positivos en residencias de la 3ª edad después de la primera dosis de la vacuna se multiplican, los casos de muertes repentinas se ocultan (camuflan) en los medios de comunicación. Pero esos mismos positivos se convierten en la excusa para más restricciones y más "sacar pecho" de los políticos locales de cara a esos fondos europeos: mirad lo bien que controlamos a nuestra población, la tenemos atada en corto, somos los mejores de la clase: nos merecemos un galón (o un billón de euritos).
Los medios siguen "trabajando" a la población (brainwashing?) haciendo encuestas (vete tu a saber cómo) para tantear cómo seguimos dispuestos a que tejemanejen con nosotros. Los medios también nos van avisando que los que se han vacunado pasan a ser ciudadanos de primera, con sus privilegios (poder viajar, tener pasaporte de vacunación, etc.), y los que no, de segunda.
Pero sigamos con lo