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Friday, June 10, 2005

Humanismo cristiano y el Partido Nacionalista Vasco

(Traducción del original escrito en euskera)
Los vascos hemos sido amantes de los refranes a lo largo de la historia. He encontrado algunas que viene a cuento en esta reflexión: “Etsaiak zigorrez, lagunak on onez” (al enemigo castigo, al amigo amabilidad), “Egizak on, zeini egiten dioan beitu gabe” (haz el bien sin mirar a quién). Aunque tratan un tema parecido, lo hacen desde distintos puntos de vista. El primero, es lo que a veces “nos pide el cuerpo”: lo fácil, lo que hace todo el mundo. Los judios en la antigüedad lo vivían, y quedó reflejado en la Biblia (la ley del Talión, por ejemplo). El segundo refrán nos trae un eco del cristianismo. Es más difícil de vivir, pero es un destello de humanismo más hermoso, sin duda.
Hay muchos tipos de humanismo. Tenemos, por una parte, el humanismo existencialista; hay otro comunista; está también el anti-humanismo… Hay para elegir. Pero en esta reflexión, quisiera recordar el humanismo que ha estado unido a la historia del Partido Nacionalista Vasco.
No se puede olvidar la visión del mundo que tenía el fundador de ese partido. Podemos traer a la palestra muchas expresiones de esa cosmovisión. Muchos de ellos se han quedado en los símbolos de esta formación política. Es conocido que la palabra “Jeltzale” (que pertenece al nombre del partido) contiene unas siglas, J.E.L., las cuales proceden del lema “Jaungoikoa eta Lege Zarra” (Dios y Ley Vieja). He ahí, pues, una cuestión que, aun siendo muy conocida, no se puede olvidar: Sabino Arana le dio al cristianismo una importancia de primer orden. En ese mismo lema, por ejemplo, antepone “Jaun-Goikua” a “Lagi-Zaŕa” por la siguiente razón: “El ir Jaun-Goikua antes que Lagi-Zaŕa, quiere decir que la legislación bizkaina debe supeditarse en un todo a las leyes religiosas y morales” . Por supuesto, la ideología de este pardito no venía a sustituir a la fe, pero sí para darle (de un modo discutible, pero legítimo) una concrección en el quehacer político de estos lares. Hoy en dia, la que es la bandera con la que muchos vascos se identifican, la ikurriña (nonbre, por cierto, creado por Sabino Arana) nos dice mucho del ideario de su fundador. La cruz blanca, hace referencia a “Jaungoikoa”, al cristianismo.
Vengamos a Navarra. ¿Quién pone en duda la referencia de Manuel Irujo en el nacinalismo navarro? Este estellés, tanto en la política navarra como en el PNV ha sido un símbolo. Pues este personaje tuvo como viga en su vida el cristianismo en todo su quehacer. En su estancia del exilio profundizó en este humanismo cristiano. Elijo, entre sus numerosas citas, una sacada del artículo “Nuestro amigo Maritain” . Jacques Maritain (1882-1973) fue un filósofo y humanista francés que le dejó profunda huella. Es uno de los que resucitó y promovió el humanismo cristiano como base para promover la dignidad de la persona. Recuerda Manuel Irujo que, Maritain condenó las masacres que se produjeron en la Gerra Civil, unas producidas en nombre del marxismo y otras en nombre de la religión. En concreto, condenó los bonbardeos como el de Gernika y Durango, y el poner a una guerra el nombre de “Cruzada” pues eso era la mayor traición que se le puede hacer al cristianismo.
No he mencionado más que dos nombres del nacionalismo vasco (Sabino y Manuel), pero podría nombrar a cientos de personas que en este partido han destacado por su humanismo cristiano. La mayoría creyentes. Algunos quizá no. Pero todos han visto en este humanismo los valores para crear y construir una sociedad digna del hombre y justa.
Esta postura ha tenido y sigue teniendo muchas consecuencias en la política. Actualmente se le suele reprochar a Sabino Arana ciertas posturas racistas. Es conocido que en la época de la fundación del PNV las posturas racistas eran expresión continua en muchos ámbitos sociales: en el tradicionalismo español, en el republicanismo… etcétera. Aun teniendo eso en cuenta, no cabe duda que entre los textos de Sabino Arana hay afirmaciones que no son sostenibles de ninguna manera. Por ejemplo, atribuir el foco de la inmoralidad a la influencia española en Vasconia es un análisis muy tendente. O preferir a un vasco castellanoparlante a un español euskaldún no tiene sentido, pues además de partir del error antes citado, como estrategia política es un fracaso asegurado (camino, por cierto, no seguido por el nacionalismo vasco). Pero estas posturas, afortunadamente, y desde hace mucho tiempo han sido superadas gracias a que un humanismo cristiano con gran sentido común ha sido guía de los afiliados nacionalistas.
Otro ejemplo: en la década de los 50 surgió ETA. El PNV, en cambio, desde el principio y de modo claro se ha desmarcado de la acción violenta terrorista. Entre otras razones, porque es una actividad contra todo humanismo: atacar al que no se puede defender o eliminar vidas en aras de un concepto de nación. Del mismo modo, ¿cuál ha sido uno de los argumentos principales utilizados por el PNV para condenar el terrorismo? El no respetar los derechos humanos, siendo la vida humana algo sagrado. ¿De dónde viene este principio? ¿Del marxismo? No lo creo. En el marxismo el individuo (la persona está en entredicho) es un elemento que está al servicio de la revolución del proletariado. La vida de ese individuo no es una prioridad de primer orden: está supeditado a otros objetivos, valores y absolutos.
Otro principio o valor que en el discurso del Partido jeltzale es fundamental: la subsidiariedad. La reclamación de la soberanía y los derechos de este pueblo se sostiene en este principio. Pues por medio de este principio, no sólo las personas, también las comunidades (y, por lo tanto, el bien común) salen ganando, porque la administración y gestión social se realiza de modo más eficaz (mejor que el realizado por un Estado centralista)
Pues, no lo olvidemos, la subsidiariedad es un principio fundamental también en la doctrina social de la Iglesia, subrayado y realzado en muchos documentos y encíclicas: Rerun novarum (1891), Quadragesimo anno (1931), Laborem Exercens (1981), Solicitudo Rei Socialis (1987), Centesimus Annus (1991)... Es un principio que posibilita la solidaridad y, al mismo tiempo, las personas y las comunidades y minorías no pierden su legítima autonomía . La Iglesia dice que este principio es inviolable, ilimitado y de suma importancia. No es legítimo limitar o impedir que lo que los individuos o los grupos pequeños realicen lo que ellos pueden realizar con su propio dinamismo e iniciativa. Así la solidaridad se vivirá con libertad y responsabilidad además de un modo eficaz. No solo la autoridad, sino la eficacia humana salen ganando . Ni el Estado ni ninguna asociación puede entorpecer ni impedir ni sustituir la iniciativa de los grupos o comunidades sean o no pequeños en sus campos de actuación, privando así su libertad que le es propia .
La citada subsidiariedad es una de las raíces de la propuesta del estatuto político para Euskadi (el llamado plan Ibarretxe): se menciona cinco veces en dicho documento. También se mencionan los derechos humanos, el principio de cooperación y lealtad. Son valores humanos, sin duda, que el cristianismo los ha ido trabajando desde hace muchos siglos y que han quedado reflejados en principios configuradores de muchos paises de la vieja y cristiana Europa.
Estas son las breves pinceladas que aporto sobre este tema. He intentado dar un vistazo, con más o menos acierto y recuperando del olvido, a la relación del Partido Nacionalista Vasco con el humanismo cristiano. Continuará.

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